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"Este pueblo está lleno de ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el hueco de las paredes o debajo de las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisando los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas ya muy viejas, como cansadas de reír. Y voces ya desgastadas por el uso. Todo eso oyes. Pienso que llegará el día en que estos sonidos se apaguen ".

 

"Allá hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad . El amanecer; la mañana; el mediodía y la noche, siempre los mismos; pero con la diferencia del aire. Allí, donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida ". Rulfo, Pedro Páramo , 1955.

 

El cementerio no es lugar exclusivo de la muerte ni de la ausencia. Allí habitan los espíritus que no dejamos y que no nos dejan partir ... es el lugar de la permanencia. Pedro Páramo , de Juan Rulfo, camina por entre los senderos de los cementerios de Sibaté, mi pueblo en Colombia, y de Mankato, y en su recorrido él no reconoce las diferencias de lugar… aquí / allí todo se repite, pero nada es igual … Y de nuevo, en estas imágenes encuentro el Aleph.

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"Este pueblo está lleno de ecos. Parece que están atrapados en las grietas de las paredes, o debajo de las piedras. Cuando caminas, parece que siguen tus pasos. Oyes crepitaciones y risas. Algunas risas son bastante viejos, como si estuvieran cansados de reír. Y voces gastadas por tanto tiempo. Oyes todo esto. Algún día llegará el momento en que estos sonidos se desvanezcan ".

 

"Allí encontrarás mi lugar favorito. El lugar que quería, donde los sueños me protegían. Mi pueblo, anidado en la llanura, sombreado de árboles y hojas, como una alcancía donde guardamos nuestros recuerdos. Verás por qué un persona querría vivir allí por una eternidad. El amanecer, la mañana, la tarde y la noche, eran siempre iguales; excepto por los cambios en el aire. El aire cambia el color de las cosas allí; donde la vida pasa como si era un murmullo, como si fuera un puro murmullo de vida ". Rulfo, Pedro Páramo , 1955.

 

El cementerio no es un lugar exclusivo de muerte o ausencia. Aquí es donde esos espíritus  que no dejamos ir, habitamos ... Es el lugar de la eterna permanencia. Pedro Páramo de Juan Rulfo camina entre los caminos de los cementerios de Sibaté, mi ciudad natal en Colombia, y Mankato, y en su recorrido no reconoce la diferencia de lugar y tiempo ... aquí / allá todo se repite, pero nada es el mismo ... y de nuevo, en las imágenes de esta sección encuentro el Aleph.

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